Rara vez se puede encontrar un policial en el circuito off o independiente y es mucho más difícil encontrar una obra de este género con tanta dedicación desde la producción. Los efectos adecuados y una exacta ambientación sonora acompañan la obra de Rubén de la Torre, quien se auto referencia a sí mismo puntualmente a su anterior realización teatral “Los asesinos de Ramírez” como guiño compartido con sus espectadores asiduos.
El espacio es uno de los puntos fuertes de la obra, haciendo uso de la sala de BOEDO XXI, se recurre a la calle misma y real como punto de fuga de la propia elección de los personajes, incorporando y envolviendo con gran efectividad al público del teatro otorgándole un don de “invisibilidad”. Respecto a las actuaciones Rodolfo Stoessel y Jorge Vigetti sacan chispas de naturalidad al contraponerse en personajes no tan misteriosos pero si extraordinariamente reconstruidos mediante una cotidianidad porteña admirable, con un tinte barrial que suena a un costumbrismo contemporáneo. Anabella Blanco acompaña con un trabajo cumplido y a tono manteniendo con efectividad el relato.
Se manejan unos “insert” de “flashback” que se representan y funcionan muy bien, poniendo mayor dramatismo de una realidad compartida por los compañeros de acción, mediante estos asoma un tema difícil que toca la realidad y varios sucesos que podemos leer o presuponer a diario respecto a la justicia por mano propia y sus consecuencias. Una obra de muy buena calidad en un barrio que levanta la mano a la hora de elegir teatro.
Por Daniel Lema
Espacio Teatro Boedo XXI
Boedo 853 Capital Federal
VIE 21:30 hs
Desisto de hacerle juicio al crítico, dado que coincido plenamente. Jocoso policial, donde nuevamente, la tensión escénica alimenta las risas de los espectadores.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
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