Participar de un taller de Danza Integradora, es vivenciar y ampliar, desde la danza, el concepto de integración, y de integridad. Es rescatar lo real, en tiempos donde la realidad suele aparecer distorsionada,…ficcionalizada. Lejos de edulcorarse con un tinte rosa, o de exagerarse con artificios vanos, aquí se muestra en el más bello matiz: el de la verdad.
Los cuerpos adquieren conciencia, se reconocen, se animan, y danzan. Algunos transitan firmes sobre sus pies, otros se apoyan en un bastón, otros se deslizan en sillas de ruedas. Todos bailan. Y lo hacen con una singular belleza (la que avala la honestidad).
Para Susana González Gonz, coreógrafa y directora del grupo “Alma” (primera compañía de danza integradora), y coordinadora de los talleres abiertos a la comunidad, “Todos podemos bailar”.
El propósito es moverse, sin disfraces, ni mezquindades, con todo lo que nos hace humanos; con los miedos y las limitaciones, con las osadías y las posibilidades. “Este espacio, habilita a entrar en el propio espacio”- afirma Susana. “Permite rescatar la alegría,…vivir un momento de conexión con la esencia del propio ser”. Y es que la danza integradora, tiene mucho de celebración tanto en el sentido de oración íntima, como en el de fiesta.
Aprovecho este espacio para recordar a Sofía Vivas Varona, una bailarina en silla de ruedas, participante del taller, que enriqueció la vida, y la danza, de todos aquellos que tuvimos la bendición de bailar con ella.
por Ivana Jelovina.
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Info
El domingo 6 de mayo, el grupo Alma, se presenta en Parque Centenario, a las 19 hs. Entrada libre y gratuita.
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