Un show que mezcla humor, improvisación, trucos y el manejo de las burbujas gigantes de jabón. Una combinación que no llega a ser positiva ya que el humor es muy básico y reiterativo, en exceso para público adulto, la improvisación corre más por cuenta de la buena voluntad del público participante que del showman y con trucos que se vienen realizando hace mucho tiempo no solo en espectáculos escénicos sino también en despedidas, cumpleaños y casamientos, haciendo que los mismos no lleguen a sorprender o llamar la atención de nadie en la sala.
Con dificultades a la hora de coordinar mímima con música y sonido, poco uso de la iluminación y el espacio teatral, utilería que se jacta de ser “berreta”, gran perdida de tiempo para pasar de un acto al otro, y una especie de striptease que no causa gracia alguna, y pasa a ser otro componente innecesario. La parte que defiende la presentación es el manejo de las burbujas que es en lo único que se ve una buena preparación, un gran manejo del show y un aire de asombre en el público. A mi modesto modo de ver no colma las expectativas del público, arrancando solo un tibio aplauso sobre el final y dejando el comentario generalizado de “lo de las burbujas zafa”.
Por Verónica Lema
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